Descripción del curso
Producto de las profundas transformaciones culturales, sociológicas, tecnológicas y territoriales que la humanidad en su conjunto ha ido transitando a lo largo de su historia, hoy la cuestión ambiental ha adquirido relevancia, acentuada entre otros por el cambio climático. “La crisis ambiental que vivimos es antes que nada una crisis social provocada por el modelo de desarrollo productivo-tecnológico basado en la lógica de crecer o morir. El modelo de desarrollo actual ha demostrado ser insustentable y nos ha llevado a una crisis de civilización que se pone de manifiesto en fenómenos como el cambio climático y la depredación de los bienes de la naturaleza, de las culturas y comunidades que históricamente emergieron de ésta” (Surroca, C 2009) El Estado tiene la responsabilidad y legitimidad necesaria para promover y exigir el cuidado del ambiente, a favor de todos, puede y debe generar las condiciones, mediante la educación pública, para que pueda entablarse una nueva relación entre la vida de las comunidades, el desarrollo y el ambiente, en los próximos tiempos. El cuidado del ambiente en un marco del desarrollo sostenible es una meta tan urgente como estratégica, profundamente entrelazada con la posibilidad de favorecer el pleno ejercicio ciudadano, en un marco democrático. En este contexto los docentes son convocados a enseñar sobre el ambiente; a indagar con sus estudiantes sobre los problemas ambientales de su comunidad y del mundo y, también, a aprender, como adultos y como ciudadanos, en este proceso permanente del aprendizaje social. Muchos docentes vienen desarrollando desde hace tiempo la educación ambiental y muchas propuestas de enseñanza, tocantes a la formación ética y ciudadana, a las ciencias sociales, a la historia o a la química, a la biología o a la geografía, estudian críticamente las relaciones entre ambiente y sociedad, siguiendo el mismo camino por el que se quiere transitar. También, numerosas organizaciones de la comunidad, desarrollan desde hace años y, en diferentes lugares de Argentina, una intensa tarea de educación ambiental, muchas veces cercana a las escuelas y puesta a disposición de los equipos docentes. La relación entre lo ambiental y la educación es de un nítido beneficio mutuo, debido a que el antedicho rol imprescindible de lo educativo en la formación de conciencia ambiental, tanto de ciudadanos como de actores sociales y decisores, se puede agregar que la perspectiva pedagógica ambiental permite educar mejor. Esto es así porque integra en lugar de fragmentar, porque dota a los contenidos de realidad, actualidad y futuro, porque motiva naturalmente a los niños, niñas y jóvenes, porque promueve hoy, como pocas causas, el interés, el compromiso y la solidaridad de los jóvenes, porque potencia la formación no sólo en conocimientos sino también en valores. Es necesario facilitar la labor y el día a día de los docentes al frente de las aulas y las escuelas y en la relación con su comunidad. Sumarse a la tarea colectiva de dejarles a las generaciones futuras un mundo más justo y más habitable donde todos puedan vivir dignamente. Debe aprovecharse al máximo el interés que despiertan hoy de manera creciente las cuestiones ambientales, sobre todo aquellas más ligadas a la realidad cotidiana de los estudiantes. Existe la oportunidad de enseñar y resignificar contenidos tradicionales de algunas asignaturas en un mejor clima de trabajo, y se abre la posibilidad de integrar saberes provenientes de distintas áreas o disciplinas y al mismo tiempo generar las condiciones para la participación y el compromiso con la comunidad a través del desarrollo de proyectos que atiendan problemas ambientales locales. Se hace necesario consolidar un discurso a favor de un desarrollo sustentable, que promueva una reconfiguración económica, tecnológica, social y cultural sobre la base de una ética de sustentabilidad. Asociar el ambiente al desarrollo sustentable como un con concepto dinámico, como un conjunto de situaciones de cambio en las relaciones entre los sistemas y procesos sociales, económicos y naturales, que posibiliten una confluencia equilibradamente integrada entre crecimiento económico, progreso social y respeto por la diversidad biológica y cultural. La educación ambiental, orientada a la formación de ciudadanos activos y comprometidos en la construcción de una sociedad más justa, democrática y solidaria, constituye uno de los pilares fundamentales e insustituibles para alcanzar el desarrollo sustentable. “La educación ambiental no trabaja únicamente los problemas ambientales sino también las potencialidades ambientales, no aporta solamente a soluciones a la gestión de los conflictos ambientales sino a la búsqueda y puesta en marcha de procesos innovadores hacia la sustentabilidad”.